No es habitual visitar un podólogo para comprobar que la salud de nuestros pies es buena. Solemos olvidar que nuestros pies hacen una dura tarea día tras día, y es que sirven como soporte para toda la estructura del cuerpo. El uso de un calzado poco adecuado, o de materiales que no aportan comodidad, pueden causar problemas de importancia.
No atender la salud de nuestros pies puede resultar muy perjudicial sin que lleguemos a darnos cuenta. Podemos llegar a desarrollar ciertas infecciones de un momento a otro.
Problemas en el pie
Sin más preámbulos, vamos a hablar de los problemas más habituales relacionados con la podología:
- Hongos en los pies: Infecciones como el “Pie de atleta”, “Paroniquia” o “tiña en las uñas” entran en esta categoría. Sin infecciones que se producen por infecciones muy similares al moho, y que prolifera en los tejidos muertos de la piel. Estos problemas se producen por llevar un calzado que no favorece la transpiración del pie, por la acumulación de humedad, o por seguir una mala rutina del lavado y de secado del calzado.
- Callos y durezas: Problemas causados principalmente por una elevada presión o fricción en la piel que está en contacto con el zapato. Esto generará un engrosamiento de la piel en esta área, pudiendo producir dolores, incluso hasta sangrados.
- Dedo en forma de garra: Una deformidad que se produce en la zona de los dedos. Se puede producir por lesiones en los nervios, por el uso de calzado inadecuado, por enfermedades inflamatorias, artritis, etc.
- Juanetes: Es un tipo de protuberancia que aparecerá en el dedo gordo del lado externo del pie, producido por una desviación del hueso del mismo. El dolor aparece cuando el problema está ya bastante avanzado.
Si tienes alguno de estos problemas, busca tratamientos de inmediato.